Rock im Park (Día 3)
Núremberg, ALEMANIA
Llegamos al día final de este festival rockero: en la autopista camino al predio, no se ve casi nada debido al aguacero que cae, igual allá vamos con botas y ponchos a resistir la molesta lluvia. Al llegar, ya se ven los restos de la basura acumulada del fin de semana y algunos ya optan por empezar a empacar sus cosas.
En la entrada hay un control diario, en el cual puedes pasar con un envase “tetra” ya sea de vino, jugo o cualquier otra cosa que quieras mezclar dentro de ella y no se permite más de un litro por persona.
Una vez adentro del predio, nos topamos en el escenario central con la agrupación danesa Volbeat, que mostró un gran nivel técnico en su música (Hard Rock/Metal) y se llevó la ovación de los presentes. Esta banda tampoco es una de esas que tengan demasiada luz mediática, pero ha recolectado cierta fama por el buen concepto “de boca en boca” que genera en cada una de sus presentaciones en vivo.
La propuesta en el escenario central para este día era bien metalera y agitadora, tal es así que los próximos en salir a escena fueron Machine Head; una verdadera aplanadora de sonido y energía, que también ya han participado de este festival en versiones anteriores. Mucha ropa negra, volumen “al palo” y un metal original para que el pogo de adelante no se haga esperar demasiado. Muchos difieren en el tipo de metal (thrash, heavy, nü) que hace la banda, a lo que ellos responden “es simplemente metal”.
Unos minutos después, el escenario es apropiado por dos personajes que no dejan de moverse a lo largo del set; uno es negro, el otro es “rubio”… The Prodigy hace todo lo posible para que la multitud le haga burlas a la lluvia. ¿A qué género pertenecen? Electrónica, Techno, Dance Punk, Alternative Rock, una mezcla de todos estos quizás… Por momentos parece que están arriba de una pista exclusiva en una discoteca, rápidamente saltan a un ritmo de rock alternativo. Algunas de sus canciones más populares son puestas a disposición como "Charly", "No Good (Start the Dance)" y "Breathe". Un buen show a manera de entrada para esperar un gran plato.
La lluvia y el fuego
Se hace casi de noche cuando un nuevo chaparrón espantoso hace que los ponchos contra lluvia recién adquiridos ahora valgan oro puro. Los distraídos huyen despavoridos a buscar refugio, pero ya es tarde, están empapados y llenos de frío.
Unos minutos después, la tormenta pasa y los fans se agolpan lo más adelante posible para ver lo que viene. Llega la última banda que pasa por el escenario central de este festival y es además uno de los números mas promocionados que participan de este Rock im Park. Damas y caballeros, con ustedes... Slipknot. La espera se justifica con semejante presentación y un show increíble que califica a estos americanos con un excelente felicitado y los ubica entre los mejores de este festival.
Van apareciendo de a uno en el escenario, en el cual se destacan las apariciones de su baterista (Joey Jordison), que abre sus brazos y muestra una especie de extensiones en forma de ramas, a manera de un árbol viviente. Seguidamente se lleva los aplausos Shawn Crahan, uno de los atípicos percusionistas que tiene la banda, con su típica máscara de payaso alegre. Las pantallas van captando a cada uno posicionado y listo con su instrumento, sumidos en una gran concentración, al punto tal que se genera un clima muy excitante, hasta que aparece su líder vocalista Corey Taylor y el caos se desata... Un estallido resuena en el frente del escenario y un pogo descomunal se desata en el campo.
El sonido de la banda ha sido descrito como "una máquina trilladora devorando un grupo de tambores militares". Muchos críticos han intentado analizar a Slipknot como una banda emparentada con lo satánico, debido a sus máscaras, sus letras fuertes y su estilo metalero. Pero ellos se han justificado diciendo que de hecho provienen de familias religiosas y además hay una canción llamada “The Heretic Anthem“, en la cual hacen una profunda crítica a aquellos grupos que utilizan el satanismo para ser comerciales.
La cuestión es que, te guste o no la banda, el show en vivo no es algo que se ve todos los días: tarimas que suben y bajan, movimientos muy locos, llamaradas de fuego detras de la banda que se encienden en algunos estribillos y el calor de esa expulsión se siente en tu frente (estando aún lejos del escenario). Muchos motivos para justificar el fanatismo de sus seguidores y los próximos que se sumarán. Actualmente, siguen presentado su último trabajo editado en agosto 2008 All Hope is Gone.
Tiempo de partir
Llega la hora de empezar a irse: las últimas cervezas, las últimas comidas, las últimas bandas. Y nos despedimos con los suecos de Mando Diao en el escenario alternativo, todo un clásico para el público del festival. Con su estilo Garage Rock, matizado con sonidos de los 60. En este 2009, han editado su quinto disco Give Me Fire y siguen apareciendo en los medios gracias a su último éxito “Gloria”. Además, han realizado una gira por Europa en el último tiempo “teloneando” a Franz Ferdinand.
Fueron tres días de puro rock, con muchas variantes de sonido y muchos matices para seguir analizando tanto de las bandas como de la gente, que es una parte clave de este festival. Ahora los fans deberán esperar 12 meses para volver a vivir esta experiencia, que además es recomendada para todos aquellos que quieren saber “qué pasa en Alemania”…
Lo bueno: el show de Slipknot, de primera categoría. La importancia de no sólo colgar una bandera detrás del escenario y acordarse el nombre del lugar por dónde va la gira, sino también comprometerse con el público y hacer de la puesta en escena un placer para los ojos.
Lo malo: la insoportable lluvia que cada dos horas azotaba a los presentes. Salía el sol, volvía a llover, llovía con sol, venía una tormenta fría y así seguía… Le podemos sumar los desfasajes de horario que se registraron este día en la grilla oficial.
Lo curioso: mucha de la gente que compra cerveza en el predio tira los vasos al suelo. Sí, pero no sorprende que se junte basura, lo raro es que cada vaso tiene un valor de un euro al devolverlo (una especie de “vale” por el préstamo del vaso). La cuestión es que hay vasos tirados por todo el predio y si tenés ganas de juntar unos euros, podés rastrillar todos los rincones para devolver los vasos que “los bebedores” no quieren o no tienen ganas de devolver. Un gran negocio.