lunes, 27 de agosto de 2007

1,2, ultraviolento...

De lento esto no tiene nada. La violencia magnifica la falta de madurez que le ha sido asignada a nuestra especie y sacrifica los valores de aquellos coherentes que intentan vivir en paz, o al menos, los que tienen la esperanza de que se pueda lograr.
Violadores seriales andan sueltos por las calles “suburbianas” y aquellos soldaditos vestidos de azul se ponen el cassette diciendo: “estamos trabajando para atraparlo”. Total, si ninguno de sus hijos es una victima, para que alarmarse tanto.

Guerras por todos lados: no solo EE.UU. tira bombas en Irak como nosotros petardos en Año Nuevo, sino que taxistas contra remiseros se agarran a palos en el casco céntrico, Intendente vs. Gobernador es el combate del año y hasta una simple chispa en cualquier ámbito social, es un contundente motivo para que se desate la debacle.
Delincuentes roban, roban, duermen y vuelven a robar. Ojo: lo que conocemos como violación no es solo sexual; existe una quita de dignidad permanente, una sustracción de derechos sin aviso. ¿Y qué hacemos? Supongo que no decir nada, bajamos la cabeza mejor, si ya pasó, mala suerte. Bueno, esta bien, llamemos a la policía:
- Hola, buenos días. Quisiera hacer una denuncia.
- Ah bueno. ¿Tendría una hoja para la maquina de escribir?

No hay nada que hacer. La inseguridad nos hace sentir miedo cada vez que caminamos solos por alguna calle oscura. Ah, ese hombre pagó seguridad privada en el barrio, pero igual lo asaltaron hace dos semanas. Mala suerte che, fue un accidente…
No sólo hay violencia física: las personas han alimentado una violencia mental que da ganas de creer que todo esto es un sueño. Si hasta nuestra sombra le cuenta los secretos propios al enemigo que tenemos enfrente. Sobrevivir, ante todo.

Somos una nueva raza que se ha ido constituyendo de a poco, casi en bloques. Animales agresivos, salvajes que deambulamos por el mundo intentando ser, como sea. Sin importar el límite que separe mi victoria de tu derrota. Soberbia, después de todo.
Salvemos a las ballenas, plantemos árboles, marchemos en pos de un reclamo… ¿Y después que? Los barcos japoneses se llevan las ballenas salvadas, los borrachos derriban nuestros árboles mientras dormimos y las marchas en pos de un reclamo, siguen siendo marchas en pos de un reclamo.

Ojalá todos los violadores transmitieran lo mismo que aquellos que cantaban “1, 2, ultra violento”. Ojalá que por lo menos piensen 1, 2, veces, antes de hacerlo…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Salvemos a las ballenas, plantemos árboles, marchemos en pos de un reclamo… ¿Y después que? Los barcos japoneses se llevan las ballenas salvadas, los borrachos derriban nuestros árboles mientras dormimos y las marchas en pos de un reclamo, siguen siendo marchas en pos de un reclamo.

cuanto de verdad en eso
siempre paso y me los leo pero ahora dije che voy a firmar algo
suerte Peter